Los hipnotistas no aconsejan hacerse una regresión a quien haya sufrido infartos cardíacos o tenga marcapasos, pues el recuerdo de vivencias traumáticas podría afectarlo. Por otro lado, al igual que en una consulta de medicina tradicional, puede presentarse abuso corporal por parte del terapeuta. Sin embargo, la persona hipnotizada mantiene cierto control inconsciente y puede salir del trance hipnótico. Es también posible que la persona bajo hipnosis reciba órdenes posthipnóticas para hacer algo indebido en el estado de vigilia (cuando haya salido del trance), pero ello es poco probable que ocurra, ya que tanto el hipnotizador como el hipnotizado tendrían que ser de dudosa conducta moral. Pues ninguna orden hipnótica puede conseguir que el sujeto hipnotizado pueda realizar una acción que sea contraria a su moral.
Al despertar se puede recordar todo, parcialmente o nada. Ello depende de varios factores como la profundidad del trance, la intensidad traumática de las vivencias y las órdenes dadas por el hipnotizador. Quienes creen en fenómenos más allá de lo que pueden ver o tocar, afirman que el recuerdo depende también de la voluntad de un espíritu guía, maestro espiritual o ángel de la guarda, que a cada uno orienta por el buen camino.
Entonces el estado hipnótico no entraña peligro alguno, puesto que es un estado natural, si existiera alguna posibilidad de peligro, sólo podría localizarse en el hipnotizador; él puede, incluso involuntariamente, crear problemas al sujeto que hipnotiza:
1-.Riesgos psicológicos: Si careces de información sobre el pasado de la persona (puedes acentuar un desequilibrio, pero no provocarlo.) También puedes proporcionarle un pretexto para que caiga en un desequilibrio latente. Por este motivo, no es conveniente practicar la hipnosis sin haber mantenido una entrevista previa con el sujeto.
2-.Riesgos fisiológicos posteriores: pueden desprenderse de ciertas técnicas, algunas tan simples como la de la hiperventilación, que consiste en que el individuo inspire y espire rápidamente. De hecho, no comporta más riesgos que la acción de inflar una colchoneta neumática: se producirá un ligero vértigo causado por el aumento de la proporción de oxígeno, vértigo del cual el hipnotizador sacará provecho. (Esta técnica, simple e inofensiva, puede tener consecuencias molestas para un individuo con tendencia tetánica o espasmófila, hasta el punto de provocarle una crisis.
En conclusión: no existe peligro intrínseco en la hipnosis, sino ligeros riesgos ligados a la competencia (o incompetencia) del hipnotizador.
Todos estos riesgos pueden evitarse con una simple entrevista con el sujeto, tratando de recoger hechos o acontecimientos importantes en su vida, desde lo más general a lo más específico.
Al despertar se puede recordar todo, parcialmente o nada. Ello depende de varios factores como la profundidad del trance, la intensidad traumática de las vivencias y las órdenes dadas por el hipnotizador. Quienes creen en fenómenos más allá de lo que pueden ver o tocar, afirman que el recuerdo depende también de la voluntad de un espíritu guía, maestro espiritual o ángel de la guarda, que a cada uno orienta por el buen camino.
Entonces el estado hipnótico no entraña peligro alguno, puesto que es un estado natural, si existiera alguna posibilidad de peligro, sólo podría localizarse en el hipnotizador; él puede, incluso involuntariamente, crear problemas al sujeto que hipnotiza:
1-.Riesgos psicológicos: Si careces de información sobre el pasado de la persona (puedes acentuar un desequilibrio, pero no provocarlo.) También puedes proporcionarle un pretexto para que caiga en un desequilibrio latente. Por este motivo, no es conveniente practicar la hipnosis sin haber mantenido una entrevista previa con el sujeto.
2-.Riesgos fisiológicos posteriores: pueden desprenderse de ciertas técnicas, algunas tan simples como la de la hiperventilación, que consiste en que el individuo inspire y espire rápidamente. De hecho, no comporta más riesgos que la acción de inflar una colchoneta neumática: se producirá un ligero vértigo causado por el aumento de la proporción de oxígeno, vértigo del cual el hipnotizador sacará provecho. (Esta técnica, simple e inofensiva, puede tener consecuencias molestas para un individuo con tendencia tetánica o espasmófila, hasta el punto de provocarle una crisis.
En conclusión: no existe peligro intrínseco en la hipnosis, sino ligeros riesgos ligados a la competencia (o incompetencia) del hipnotizador.
Todos estos riesgos pueden evitarse con una simple entrevista con el sujeto, tratando de recoger hechos o acontecimientos importantes en su vida, desde lo más general a lo más específico.